viernes, 14 de octubre de 2011

Infecciones de las glándulas salivales

Son infecciones virales o bacterianas de las glándulas productoras de la saliva.












Hay tres pares de glándulas salivales mayores:
  • Las dos más grandes son glándulas parótidas, que se encuentran una en cada mejilla sobre la mandíbula y en frente de las orejas. La inflamación de una o más de estas glándulas se denomina parotitis o paratiditis.
  • Dos glándulas submandibulares que se encuentran en la parte de atrás de la boca y a ambos lados de la mandíbula.
  • Dos glándulas sublinguales que se encuentran por debajo del piso de la boca.
Todas las glándulas salivales secretan saliva en la boca a través de los conductos que se abren en diversos lugares de la misma.

Causas

Las infecciones de las glándulas salivales son algo comunes y pueden reaparecer en algunas personas.
Las infecciones virales, como las paperas, tienden a afectar las glándulas salivales (las paperas con mucha frecuencia causan parotiditis). Las paperas hoy en día se consideran raras en niños gracias a la inmunización con la vacuna triple viral.
Las infecciones bacterianas generalmente son el resultado de una obstrucción (como es el caso de los sialolitos en los conductos salivales) o una higiene oral deficiente. Se pueden observar en personas que estén deshidratadas y hospitalizadas.

Síntomas

  • Gusto anormal, mal sabor
  • Disminución de la capacidad para abrir la boca
  • Resequedad de la boca
  • Fiebre
  • Dolor facial o bucal, sobre todo al comer
  • Enrojecimiento en un lado de la cara o en la parte superior del cuello
  • Hinchazón de la cara (en particular frente a las orejas, debajo de la mandíbula o en el piso de la boca)

Pruebas y exámenes

Un examen realizado por un médico o por un odontólogo muestra glándulas salivales inflamadas. El pus puede drenar hacia la boca. La glándula puede presentar dolor, con mayor frecuencia si hay una infección causada por bacterias.
Se puede realizar una tomografía computarizada o una ecografía si el médico sospecha de un absceso.

Tratamiento

En algunos casos, no se necesita tratamiento alguno.
Se pueden prescribir antibióticos si hay pus o fiebre y si se sabe o se presume que la infección es bacteriana. Los antibióticos no son efectivos contra las infecciones virales.
Si hay un absceso, se puede realizar una cirugía para drenarlo o una aspiración.
Practique una buena higiene oral. Un cepillado minucioso de los dientes y una limpieza con hilo dental por lo menos dos veces al día puede ayudar con la curación y a prevenir que la infección se extienda. Si usted es fumador, suspenda el cigarrillo para ayudar con la recuperación.
Los enjuagues con agua tibia con sal (media cucharadita de sal en una tasa de agua) pueden proporcionar alivio y mantener la boca húmeda.
Tome mucha agua y use gotas de limón sin azúcar para aumentar el flujo de saliva en la boca y reducir la hinchazón. El masaje de la glándula con calor puede ayudar.

Pronóstico

La mayoría de las infecciones de las glándulas salivales desaparecen por sí solas o se curan con tratamiento. Algunas infecciones reaparecerán. Se pueden presentar complicaciones, aunque esto no es común.

Posibles complicaciones

  • Absceso de la glándula salival.
  • Reaparición de la infección.
  • Diseminación de la infección (celulitis, angina de Ludwig).

Cuándo contactar a un profesional médico

Consulte con el médico si:
  • Tiene síntomas de una infección de la glándula salival.
  • Le han diagnosticado una infección de la glándula salival y los síntomas empeoran, en especial si sube la fiebre o si hay dificultad al tragar o respirar (estos pueden ser síntomas urgentes).

Prevención

En muchos de los casos, es imposible prevenir las infecciones de la glándula salival, pero una buena higiene oral puede prevenir algunos casos de infección bacteriana.

Nombres alternativos

Parotiditis; sialoadenitis

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